martes, 4 de diciembre de 2012

HIMNO A LEÓN

Sin León no hubiera España,
antes que en Castilla leyes,
concilios, fueros y reyes
dieron prestigio a León.

La fama cantó su hazaña
con clarines de victoria.
León escribió la historia
de Covadonga a Colón.

Con su sangre a torrentes vertida
dio a la patria preciado blasón,
y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español.

¡Viva León!

Tierra hidalga, tierra mía,
estrofas del Romancero,
desde Guzmán a don Suero
va tremolando el honor.

Con su sangre a torrentes vertida
dio a la patria preciado blasón,
y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español.

De piedra una plegaria
la catedral semeja.
Sobria y gentil refleja
el alma de León.

De historia milenaria,
de Santidad osario,
del arte relicario,
y de la fe expresión.

Tierra hidalga, tierra mía,
estrofas del Romancero,
desde Guzmán a don Suero
va tremolando el honor.

Con su sangre a torrentes vertida
dio a la patria preciado blasón.
Y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español.

¡Gloria a ti, pueblo sin par!
A mi labio el corazón
se asoma, para gritar:
¡Viva León, viva León!


El himno a León fue compuesto allá por los años treinta, aunque ha calado muy profundamente entre las gentes de la provincia (a pesar de que es himno oficial solo de la ciudad de León, y no de la región completa, como algunos dan a entender). Lo incluyo en este blog porque, a pesar de que me he criado en la provincia de Valladolid, desciendo por parte paterna de León, por lo que los lazos que me unen a esta tierra son muy fuertes. De hecho, desde bien pequeño he escuchado canciones leonesas, tanto en medios de reproducción antiguos y modernos como en boca de mis familiares, por lo que puedo sentirme un afortunado desde este punto de vista (es decir tanto la familia paterna como la materna han sabido inculcarnos las tradiciones que ellos aprendieron de sus antepasados, lo cual les agradezco profundamente).

http://www.youtube.com/watch?v=-I84w2TKuuI

CANCIÓN DEL LABRADOR

Amanece un nuevo día,
ya salen los labradores,
llena el alma de alegría
y el pecho lleno de amores.

Por el oriente el sol
radiante vida asoma;
abre el cáliz la flor
y difunde su aroma.

Despierta la parda alondra
levantándose del suelo,
elevando sus plegarias
y sus trinos hasta el cielo.

Ya se oye rechinar
la rueda del arado,
y al labriego animar
con voces al ganado.

Un surco tras otro surco
los arados van trazando,
y el labrador incansable
alegre sigue cantando.

¡Oh, vida feliz la del labrador!
es vida de fe, es vida de amor,
es vida de paz, vida de candor,
¡oh, vida feliz la del labrador!

Se acerca la noche oscura,
ya aparejan a sus pares,
y regresan a su aldea
repitiendo estos cantares.

¡Oh, vida feliz la del labrador!
es vida de fe, es vida de amor,
es vida de paz, vida de candor,
¡oh, vida feliz la del labrador!

Su cuerpo salud rebosa,
sencillez respira su alma.
Entregado a sus tareas
pasa los días en calma.

¡Oh, vida feliz la del labrador!
es vida de fe, es vida de amor,
es vida de paz, vida de candor,
¡oh, vida feliz la del labrador!


Este es quizá uno de los cánticos populares más conocidos en la comarca donde vivo. Supongo que fuera un canto de trabajo, en un principio, aunque ahora se ha extendido al folklores tradicional, y cualquier ocasión es buena para recordar estas canciones que nuestros antepasados entonaban para que el duro trabajo en el campo se les hiciera más llevadero (por todos es sabido que los cantos de trabajo acompañan al hombre desde que es hombre, o al esclavo desde que es esclavo).

domingo, 2 de diciembre de 2012

HIMNO (NO OFICIAL) DE CASTILLA

La ronda pasa y no pasa,
la ronda viene y no viene.
Es como tu corazón,
no sabe a quién entretiene, 
levántate.

Levántate morenita
levántate resalada,
levántate que ya viene
el lucero de la mañana, 
levántate.

Algún día los mis ojos
eran para ti dos perlas;
ahora que tienes a otro, 
de los míos no te acuerdas,
levántate.

Levántate morenita, 
levántate resalada,
levántate que ya viene
el lucero de la mañana,
levántate.

Entre cortina y cortina
dos niñas me vuelven loco:
cortinas son tus pestañas,
niñas, las de tus ojos,
levántate.

Levántate morenita,
levántate resalada,
levántate que ya viene
el lucero de la mañana, 
levántate.

¿De qué te sirve llorar
si no tienes quien te oiga?
Aquel que te había de oír
está rondándole a otra, 
levántate.  


Levántate morenita,
levántate resalada,
levántate que ya viene
el lucero de la mañana, 
levántate.



Las estrellitas del cielo
las cuento y no están cabales:
faltan las dos de tus ojos
que son las más principales,
levántate.

Levántate morenita,
levántate resalada,
levántate que ya viene
el lucero de la mañana,
levántate.


Este es, quizá, uno de los temas populares más extendidos por toda Castilla, aunque es más que probable que no sea todo lo conocido que algunos quisieran (o quisiéramos). No recuerdo cuándo fue la primera vez que lo oí, aunque muy seguramente fuera un 23 de abril de hace muchos años, en la campa de Villalar, interpretado por el dúo Candeal, uno de los baluartes fundamentales de la música popular castellana. Pero lo cierto es que no solo escucho esta canción cada día de la comunidad de Castilla y León; también solemos cantarlo en las fiestas de mi pueblo, allá por los últimos diez días de septiembre, así como en las numerosas cenas que celebramos los amigos durante todo el año, en las que nunca faltan los cánticos tradicionales. Una costumbre que, por otra parte, es bonito mantener (y ojalá que se mantenga durante mucho tiempo).

http://www.youtube.com/watch?v=18nh4zG_r7o